Mi Vida Personal

Nací en Lima un día dieciocho de Agosto formando  parte de una familia común, mi padre Raul Berenguel Caballero, un profesional contable muy trabajador y amical, mi madre Esther Cook Stapleton una docente muy dedicada y creyente, de los que he tenido la dicha de heredar  lo mejor.

Desde muy joven me gusto  el estudio y el alto compromiso personal con las necesidades de mi entorno.Mis hermanos uno de los tesoros mas grandes, exitosos profesionales, con gran sensibilidad social y mis impulsadores en este camino.

Mi Colegio, con el recuerdo y guía de las queridas religiosas de San José de Cluny y mi alma máter, la Universidad Nacional Federico Villareal que me educó en el Pre-grado y Post-grado

Cursé con empeño la carrera Medica motivada por el deseo de ayuda a los afectados por alguna dolencia, especializándome en Anestesia por el legado dejado de la virtuosa trayectoria de un tío muy querido, Dr. Pedro Huertas Quiroz; lo que me llevó sin pensar hacia el ejercicio de una especialidad que me ha merecido un sitial de importancia y reconocimiento internacional: El tratamiento del dolor en sí, por encima de la enfermedad que lo origina y de su pronóstico. Me considero bastante sensible al sufrimiento ajeno, con un gran espíritu de lucha por desarrollo de los derechos de los pacientes, la defensa al no dolor.

Trabaje 23 años, en el Hospital Central de la Sanidad de la Policía Nacional del Perú, donde realicé mi especialidad de Anestesiología e inicié mi dedicación al Tratamiento del Dolor, siendo la primera discípula del Maestro Dr. Raymundo Cordero Luján. En el año 1999 dejo la Sanidad Policial para integrar el Staff de Médicos del Instituto Nacional de Neoplásicas, siendo Fundadora y Jefa del Servicio de Medicina Paliativa y Tratamiento del Dolor hasta marzo del 2007 en que me dedico integramente a la actividad profesional y a la conducción de la Sociedad Peruana de Cuidados Paliativos, así como responsabilidades en la Directiva Latinoamericana de Cuidados Paliativos, con el cargo de Fiscal y que continuo a la fecha.

Conforme una familia con el Dr. Carlos Díaz Ruiz, ya fallecido.
Tengo un hijo, mi adorado Carlos Alfredo.

Espiritualmente fortalecida con la fe y con la posibilidad de ofrecer mis mejores competencias personales y profesionales al servicio de mis queridos pacientes, con el sólo propósito de ofrecer una calidad de vida digna, en los momentos más difíciles, con gran entusiasmo y valor.

El Origen de mi Vocación

Durante muchos años de labor médica mis pacientes han padecido todo tipo de dolor, desde el más leve e imperceptible hasta el más intenso, con un efecto común: alterar su vida normal, disminuyendo su calidad y restringiendo su autonomía. Centré mi atención en el hecho de que el dolor es un síntoma, una señal que nos advierte que hay algo que no está bien, que nuestro equilibrio físico se encuentra alterado y que potencialmente sus efectos en nosotros pueden ser devastadores por lo cual atenderlo profesionalmente es una responsabilidad e implica seriedad y conocimiento. Si bien la presencia de dolor puede ser poco relevante, en otros casos su intensidad es tal que se hace insoportable; ambos pueden representar sufrimiento, limitación y hasta peligro para la vida.

Era frecuente que la mayoría de las personas encontrasen las formas mas diversas para aliviar su dolores, y debo reconocer que en nuestro país la mayoría de personas actúan, hasta cuando les es posible, basados en sus propias costumbres de vida, referencias de amigos, creencias populares y hasta experiencias ajenas, no siempre efectivas ni adecuadas al tipo de afección que las origina. Percibí que si bien las enfermedades se podían tratar de maneras diversas, el dolor subyacente en cada una de ellas no era el tema principal, sólo era identificado como parte del proceso y sentí que merecía una atención especial. La capacidad del dolor para alterar nuestra vida no debe ser tomada superficialmente, si no se soluciona sus efectos en nosotros y nuestras familias pueden ser devastadoras. Estas experiencias me impulsaron a especializar mi entrenamiento médico en este campo, aprendiendo en el día a día lecciones con las cuales ayudar a mis pacientes y sus familias. Además mi trabajo profesional esta íntimamente ligado al desarrollo de programas coordinados con los médicos tratantes, así como también a la derivación correspondiente cuando se identifica la necesidad de consulta con otro médico especialista.

Por otro lado era también necesario aliviar no solo el dolor sino los síntomas que acompañan a una enfermedad no recuperable o al cáncer, dándoles calidad de vida a nuestros pacientes aun ante las enfermedades de más difícil pronóstico, recurriendo a lo que se conoce como Medicina Paliativa.

Hobbies

Gusto de escribir poemas, pensamientos, reflexiones, asi como de la música de los años 70. En lo clásiico escuchar solistas de piano. Me entretiene tocar guitarra. Los viajes me encantan y sobretodo ir de tiendas.

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Dra. María del Rosario Berenguel Cook.
Correo: maryberenguel@infonegocio.net.pe
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